!Hemingway déjame en paz!

Las lagrimas están en las puertas de salida pero aun no les sellan el pasaporte para poder salir a conocer el mundo mientras que el agente de inmigración ignora que una vez que ellas salgan y no vuelvan a entrar todo sera (tal vez) un poco mejor.

Atlas nunca se imagino que su peso no es tan fuerte como el que vive otra persona que está al otro lado del mundo y en otro tiempo.

Falta una musa que inspire la sensaciones que quiere el autor dejar escritas, pero de pronto sale Hemingway en el pensamiento abofeteando, maldiciendo e incitando a vivir. 

La cara casi inexpresiva de ella le recordaba al joven soñador aquel amor que nunca existió en el plano que todos podían ver y el que era amplia mente conocido como único existente, pero que era muy real en aquel mundo donde Oz era la plaza perfecta para descansar y tomarse un café, Aslan era un amigo que a veces pasaba a saludar, desde que Aragorn hijo de Arathorn heredero de Isildur Señor de los Dúnedain se sentó en el trono de hierro la vida de los hombres cambio para mejor, Ella en el viejo continente y él en el tercer mundo, porque la humanidad le tenia que darle tiempo a la vida para que tuviera sentido, abrir fronteras y establecer limites y así mantener dominio, y al mismo tiempo perderlo todo.

Entonces se pregunta si esto es todo, si es que no hay mas, y se da cuenta que no sabes a quien le preguntas pero esta consciente que la respuesta nunca llegará, es como aquella vez que le escribió una carta sin papel y con el lapicero sin tinta, y se dio cuenta que nunca salia porque no tenia megas. Cerró los ojos y simplemente respiró y salio el sol y de nuevo hizo frío.

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