El día que arreé vacas

Un día en una finca aquí en Ecuador, me invitaron a darles de comer a las vacas, y a cambiarlas de corral, por supuesto que mi respuesta fue un si, inmediatamente me dieron botas de caucho para ir hasta los corrales y empecé la caminata, por unos quince o veinte minutos caminamos hasta llegar al potrero donde habían unas veinte vacas aproximadamente, nosotros éramos solo cuatro personas, tres adultos y un niño de cinco años, y el plan era fácil; llegar a un potrero donde estaba la comida y arreglar todo para traer a las vacas que estaban en otro potrero, una vez realizada la tarea de preparar la comida (cosa que intente ayudar, pero obviamente no se me daba muy bien) empezamos otra caminata de otros diez minutos para buscar al ganado, a medida que nos vamos acercando veo como las vacas cambian su mirada hacia nosotros, permanecen inmóviles cada una en lo suyo, pero atentas a lo que hacemos, el encargado del cuidado de los animales nos pide que nos apartemos a un lado de la entrada del potrero y él simplemente abre la puerta y grita HO! da unas cuanta palmadas y comienza la corrida de las vacas, todas al mismo tiempo corren hacia la entrada, se empujan unas a otras, cabecean entre ellas, todo ocurre en unos treinta segundos aproximadamente, tiempo suficiente para perderles de vista, ellas saben a dónde deben correr y que les espera. 

Nosotros solamente cerramos el potrero y empezamos a caminar hacia donde iniciamos, y mientras yo iba caminando en silencio otros diez minutos no dejaba de pensar en la única acción que hizo el muchacho de la finca, solo tuvo que gritar enérgicamente una palabra y dar dos o tres aplausos y estas enormes bestias le obedecieron, salieron del potrero en el que estaban para llegar al potrero donde había comida, eso fue todo un simple HO! 

Días después vi como las vacas tenían terror de entrar al corral, un corral diseñado específicamente para tratarlas de una a una, bien sea para vacunarlas, en caso de los toros castrarlos (cosa que también fui testigo y no es nada agradable), o simplemente ordenarlos para meterlos en un camión que obviamente las llevara a un matadero, sentí la desesperación de ellas al entrar al corral me imagino que entrando ahí saben que algo que no les conviene les va a suceder. 

Y pienso de nuevo como un animal que debe pesar de setecientos a mil kilos se deja dominar por una sola persona de unos noventa kilos, como un grupo de veinte animales son "esclavizados" por una persona que, aunque no las trata mal igual las domina y las mantiene encarceladas. Claro la respuesta o la justificación me viene inmediato, no son seres pensantes son animales básicos con necesidades muy básicas solo comer y pasar el tiempo, tal vez sepan que tienen una muerte joven inminente pero están conscientes que ese es su destino, tal vez alguna piense que fuera de esos potreros amplios pero limitados haya algo mejor para ellas, tal vez alguna quiera revelarse pero sabe que las demás no van apoyar semejante idea, o simplemente ellas ven al único humano con el que tienen contacto diario como un dios proveedor que permite que ellas tengan comida y espacio para pastar  por consecuencia debe estar eternamente agradecidas con este ser, o simplemente, tal vez las vacas no saben que son vacas e ignoran que son simplemente ganado de engorde que serán sacrificados y que usaran cada una de las partes de su cuerpo para el beneficio de personas como las que las cuidan y alimentan.

Irremediablemente pienso en que nosotros somos las vacas, somos un puñado de ganado de engorde que nos mantienen encerrados en un corral espacioso, sirviéndonos raciones de comida y pastando para en un momento planificado ser usados como carne que alimentara a otros.

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